10 abril 2012

La doble moral del fútbol

22 de junio de 2002. Estadio World Cup de Gwangju. 8:30 AM hora española. Había que madrugar, España podía hacer historia y meterse en unas semifinales de Mundial por primera vez en su historia. El rival parecía fácil: Corea del Sur, un equipo muy inferior técnicamente a España pero con la ventaja de que se jugaba en su casa. Arbitraba un egipcio, uno de los hombres más odiados por la afición española por su actuación: Gamal al-Ghandour. Él era el principal y por ello le cayeron las mayores críticas, pero el verdadero causante de la derrota nacional fue su asistente de Trinidad y Tobago, Michael Ragoonath, que fue el que vio salir el balón en un centro de Joaquín que acababa en gol de Morientes y el que vio tres fueras de juego inexistentes que dejaban a los delanteros españoles solos contra el eterno portero coreano Lee Woon-Jae. Tras fallar ocasiones cantadas se llegó a los penaltis. Había que estar confiados, teníamos a Casillas, que ya se había exhibido en la tanda de octavos contra Irlanda. Pero Joaquín, que tenía las piernas temblando como si fueran flanes, lanzó al lado al que se tiró el cancerbero de la selección anfitriona. Los asiáticos no fallaban, y así Park Ji-Sung tenía el penalti decisivo. El actual jugador del Manchester United demostró su categoría y su personalidad y metió su pena máxima sin ponerse nervioso. La maldición de cuartos seguía vigente. Antes había sido Sandor Puhl con el codazo de Tassoti a Luis Enrique en EEUU 94, ahora era Gamal al-Ghandour con el balón de Joaquín que había salido fuera. La maldición de cuartos seguía vigente.

Ya el partido de octavos entre Italia y Corea del Sur había estado salpicado de polémica por la actuación tan casera del árbitro ecuatoriano Byron Moreno, que anuló tres goles a los transalpinos injustamente y expulsó a Totti con dos amarillas en las que no hubo ni tan siquiera falta. Se habló de sobornos, de corrupción y de demás conspiraciones en todo el mundo. A mí eso no me gusta. Yo prefiero tener perspectiva, ponerme en la piel del vencedor. ¿Qué hicieron los coreanos? Celebrar lo que habían conseguido sus jugadores. Errores arbitrales aparte, habían jugado de tú a tú a dos enormes selecciones como Italia o España y les habían ganado la batalla física. De hecho, la estrella de ese equipo, Park Ji-Sung es un jugador muy infravalorado por el simple hecho de haber salido de ese Mundial engañoso y corrupto para muchas personas. Pero lo importante es que todo el país asiático era feliz porque había vencido y estaba en semifinales. ¿Y si hubiera sido al revés? ¿Y si España hubiera salido beneficiada del arbitraje y Corea no? ¿Hablaríamos del escandaloso arbitraje a nuestro favor? ¿Nos daría vergüenza ganar de esa forma? ¿Pensaríamos en los coreanos? No, no y no. ¿Lo celebraríamos como locos? ¿Consideraríamos a nuestros jugadores héroes? ¿Protestarían nuestros rivales? Sí, sí y sí. Esa es la doble moral del fútbol, y de la vida en general. Si se gana es por méritos, si se pierde es por circunstancias externas.

En el mundo real no hay Villares ni Platinis moviendo a los árbitros a su gusto, eso solo está en la cabeza de algunos periodistas que ponen a Pepe como ejemplo de deportividad y limpieza. En el mundo real hay Ovrebos, Lesmas, Iturraldes, Webbs, en resumen, hombres que fallan simplemente por eso, por ser hombres. Un día te pueden beneficiar, al otro te pueden perjudicar, pero siempre sin mala intención y sin ser ordenados por instancias superiores. El fútbol no es el pressing catch, el vencedor no está determinado por nadie, tiene que sudar para ganar. De todos modos, hay excepciones como el caso Moggi en Italia de compra de árbitros y el del silbato dorado en Portugal que acabaron con Juventus y Boavista en segunda división respectivamente o las conversaciones que demostraban la compra del portero del Córdoba Raúl Navas por parte del propietario del Hércules para que su club subiera a Primera División y que al final han quedado en nada. Pero estos son episodios aislados de personas a las que no les gusta el fútbol, que no entienden lo que significa este deporte para el aficionado.

NOTA: es el primer y último post que hago sobre arbitrajes, ya que pienso que ha quedado bien clara mi opinión al respecto sobre cualquier error o acierto arbitral.

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