04 noviembre 2010

Duelo de grandes

Cristiano Ronaldo es muy bueno, es más completo que Messi, por cualidades es el mejor del mundo, pero no lo es. No lo es por su ansia de hacerlo bien en cada partido y porque en algunos momentos hace muchas tonterías. Ayer en el Milán - Real Madrid, simuló que Abate le había agredido, el árbitro Howard Webb le pilló. A partir de ese momento, el partido cambió.

Hasta esa acción de Cristiano el Madrid era muy superior. El Milan de los viejos rockeros era una auténtica marioneta en manos de los hombres de Mourinho, que cada vez que llegaban a puerta lo hacían con una sensación de peligro que pocas veces se ve en San Siro. El equipo español sin desplegar un gran fútbol tenía un partido fácil, con un rival que parecía no estar en el campo. Falló muchas ocasiones en botas de Higuaín o Di María entre otros. Había un 0-0 pero yo pensaba en una goleada viendo que el Madrid que jugaba andando podía fácilmente con el equipo italiano.

Pero tras la acción de Cristiano el Milan mejoró. Esos dos minutos en los que el portugués estuvo en el suelo cortaron totalmente el ritmo del partido. El Madrid siguió siendo superior, pero los italianos, liderados por Gattuso que estuvo soberbio, empezaron a defender. Pato, Ibra y Ronaldinho empezaban a tocar balones arriba. Algunos de ellos con peligro. Peligro causado por el riesgo que comete el Madrid al adelantar la línea.

A Mourinho le gusta una línea defensiva muy adelantada, demasiado adelantada para mi gusto. Ayer se vio perfectamente. O el mecanismo para tirar la línea es perfecto o Casillas tiene que actuar. Con hombres como Sergio Ramos, Pepe o Carvalho no hay problemas en ese aspecto. Pero con Marcelo sí. El brasileño está rindiendo ofensivamente muchísimo pero puede tener problemas atrás con el fuera de juego ya que no es un jugador habituado a esa tarea defensiva. El Madrid ha recibido ya algún susto, en forma de mano a mano con el portero, esta temporada por la lentitud del brasileño al tirar la línea. Ayer, el asistente de Webb se equivocó al pitar fuera de juego de Pato cuando se iba a por Casillas. Aunque luego le dio un gol ilegal por medio metro.

Tras este inciso sobre la defensa del equipo merengue, volvemos al partido. Di María con un pase espectacular resquebrajó la defensa rossonera e Higuaín esta vez no perdonó. El gol antes del descanso fue, como dicen en el FIFA, un jarro de agua fría para los italianos que empezaron la segunda parte como lo hicieron en la primera, arrinconados, sin el balón, siendo muy inferiores a los jugadores de Mourinho. El Milan sólo podía parar al Madrid con juego violento, tolerado demasiado por Howard Webb y con un Gattuso que parecía estar en todos los sitios. Hasta que entró Inzaghi.

El veterano delantero salió batallador. Tan batallador que a mí la primera jugada en la que da a Xabi Alonso por detrás me pareció digna de tarjeta roja. Contagió al equipo y le hizo pensar que la remontada era posible. San Siro también captó el mensaje y empezó a animar. El Madrid tuvo un fallo doble: primero de Pepe y luego de Casillas y él estaba allí con la caña para pescar un gol que no nos podíamos explicar. El equipo blanco no se lo merecía. Menos aún el segundo gol, en claro fuera de juego. Filippo engaño perfectamente a Iker y lo batió.

Mou se vio obligado a poner a su suplente de oro, Benzema. Y le salió otra vez bien la jugada. El francés no es el del Lyon, donde el equipo estaba hecho para él y el era la principal estrella. Se esperaba en Madrid ver al Karim demoledor por potencia y definición del OL. No hemos visto todavía esa cara del galo. Hemos visto otra, la de un delantero que apoya muy bien a la segunda línea, que tiene grandes movimientos, que está todo el rato moviéndose. Su asistencia a Pedro León en el segundo gol reúne todas esas características en una sola jugada.

¿Cómo hubiera planteado yo el partido si hubiese sido Mourinho? A un equipo como el Milan, con una media de edad de 28 años (y Pato con 20 baja mucho la media) hay que destrozarlo físicamente. ¿Cómo? Velocidad de juego. El problema fue que el principal organizador del Madrid, Ozil, no tenía su mejor día. Es más, apenas tocaba el balón y yo lo hubiera cambiado por Canales cuando el Milan marcó. El cántabro, un jugadorazo, es el único organizador puro que tienen los blancos y es capaz de ver espacios donde no los hay. La gran pretemporada que hizo no le sirvió para ser de la partida y apenas juega. Yo le buscaría una cesión para no cortar su progresión.

Otra cosa que no vio el Madrid fue el filón que tenía en la banda izquierda con Di María. Los dos goles proceden de esa banda. Zambrotta no podía parar al argentino. Pero el Real lo aprovechó muy poco. Prefirieron buscar a Cristiano, seguido durante todo el partido por Abate y por Gattuso, que lo anularon perfectamente.

Moraleja: Nunca te confíes. Menos en Europa y contra un equipo italiano. Un partido que se puede ver fácil puede revolucionarse con el apoyo de la afición y la garra de los jugadores rivales. Ayer el Madrid tuvo suerte de meter ese gol al final. También tuvo suerte el asistente de Howard Webb que hubiera sido criticado hasta la saciedad si el equipo hubiera perdido por su culpa.

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